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Empresas EEUU seguirán en Irlanda aunque Trump baje impuestos, dicen expertos

Las multinacionales estadounidenses instaladas en Irlanda no abandonarán el país europeo aunque el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, decida rebajar el impuesto de sociedades u ofrezca otros incentivos fiscales, aseguró hoy el Instituto Irlandés de Estudios Sociales y Económicos (ESRI).

El director de este “think-tank” (instituto de investigación) de Dublín, Alan Barrett, respondió así a una de las propuestas planteadas por Trump en campaña electoral, pues su intención es rebajar del 35 % al 15 % el impuesto de sociedades para competir con el gravamen de otros países, como Irlanda, que ofrece el 12,5 %.

Uno de los principales asesores económicos de Trump, Stephen Moore, indicó el jueves que un reforma fiscal en EEUU provocará el regreso de una “riada” de compañías al país, lo que afectará a la creación de empleo en países como Irlanda, donde radican gigantes del sector tecnológico como IBM, Google o Apple.

“Creo que cuando bajemos el impuesto de sociedades del 35 % al 10 o 20 % vamos a ver cómo una riada de empresas abandonarán Irlanda, Canadá, Alemania y Francia y volverán a Estados Unidos”, predijo el asesor.

No obstante, en opinión de ESRI, las grandes multinacionales tecnológicas o farmacéuticas están “muy asentadas y atadas” a Irlanda a través, por ejemplo, de importantes inversiones en infraestructura y personal, por lo que rebajó el entusiasmo de la próxima administración de Washington.

En declaraciones hoy a la cadena pública RTE, Barrett recordó que, “sobre el papel”, la reubicación o cambio de domicilio de una empresa de un país a otro no se traduce automáticamente en la pérdida de empleos.

Asimismo, opinó que el exceso de “proteccionismo” por parte de Trump podría tener el efecto contrario y provocar la salida de EEUU de más compañías para evitar una subida de los aranceles y tasas comerciales.

Barrett sostuvo que, históricamente, el Partido Republicano estadounidense se ha adherido al “conservadurismo fiscal” para controlar el déficit, una política que complicaría a Trump su intención de rebajar los impuestos y, al mismo tiempo, elevar el gasto para acometer grandes planes de infraestructuras.

“Por nuestra experiencia reciente, todos sabemos lo que pasa cuando los políticos hablan, por un lado, de bajar los impuestos y, por otro, de elevar dramáticamente el gasto”, agregó el experto, en referencia a la enorme deuda que llevó a Irlanda a pedir en 2010 un rescate por 85.000 millones de euros a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI).