Por: María Fidalgo Casares
Qué es lo que nos atrae de Irlanda? Lo cierto es que Irlanda es una nación con la que España siempre ha sentido cierta empatía. Su sentido catolicismo, su terrible opresión por la Pérfida Albión, su personalidad tan manifiesta y próxima a la identidad de Galicia, y su doliente, apasionante y conflictiva historia reciente le han hecho ser un país especialmente atractivo. Por todo ello, se ha convertido una importante fuente de inspiración literaria que se ha materializado en una centena de obras.
Del relato corto al “novelón”, la trilogía o a los 26 títulos de la saga de la hermana Fidelma, de Peter Berresford Ellis, debe reseñarse que han sido muy variados los géneros que se han abordado en ellas. Desde la novela puramente histórica al thriller político, la novela romántica o al noir, han dado lugar a novelas archifamosas como “Las Cenizas de Angela” de Frank Mc Court o “El sueño del celta”, del Nobel peruano Mario Vargas Llosa. Pero entre autores menos conocidos hay decenas de obras que suponen un interesante periplo por la geografía, la historia y el contingente humano de Irlanda.
De la antigüedad a hoy, distintas épocas han sido los marcos temporales de estas creaciones. Desde la Edad del Bronce, al medievo, los naufragios de la Gran Armada o el Belfast de los 80.
“La huella blanca” Ana B. Nieto. Ediciones B
La huella blanca, nos traslada a la Irlanda celta del siglo V. Forma parte de una trilogía a caballo entre la leyenda y la historia.
Paisajes fascinantes, héroes épicos, aventura, amor y erotismo. Un canto del cisne de un mundo antiguo, dominado por las diosas madres, y el difícil encuentro del cristianismo y el Medievo. Una historia de piratas, druidas, reyes y poetas, llena de aventura y pasión con un secundario de lujo: san Patricio.
Para escribir la obra, la autora, vivió en Irlanda durante un año y estudió la historia de su Iglesia y el irlandés antiguo en la Universidad de Limerick.
“La cofradía de la Armada Invencible” Emilio Lara (Edhasa, 2016),
“La cofradía de la Armada Invencible” (Edhasa, 2016), primera novela del hoy conocido escritor Emilio Lara. Parte de la figura de Felipe II que encomienda a una cofradía de Cartagena unirse a la Gran Armada, mal llamada Armada Invencible, con una misión secreta: navegar hasta Irlanda, alzar en armas a los católicos irlandeses y expulsar a los soldados ingleses de la isla. Los cofrades afrontan la aventura con el convencimiento de que harán historia. Interesante y original novela con episodios entrelazados de gran interés. Desde la cristianización de Irlanda a la veneración a las imágenes, reliquias, misterio e intriga, asesinatos, penalidades y batallas. Una mezcla de géneros que mantienen toda la atención del lector
“La mujer que llegó del mar”. Mercedes Guerrero . Random
La novela narra la historia de una joven que huye de la Alemania nazi y llega a la Irlanda de la Segunda Guerra Mundial, dividida entre el odio a los nazis y su histórica animadversión hacia los ingleses. Martin Conrad es un escritor que ha llegado a las costas de Irlanda en busca de inspiración. El encuentro entre ambos será crucial. Los exóticos paisajes de la isla y la gran ambientación de la época serán el marco ideal para una historia cargada de pasión y sentimientos encontrados.
Por último y por ser la más reciente, apenas días en el mercado haremos un análisis detallado de “Tierra de Esperanza” ( Caligrama 2020) del autor mallorquín Juan A. Rodríguez
Juan A. Rodríguez (Palma de Mallorca, 1973) publica en Caligrama (sello de Penguin Random House) esta novela de ficción histórica ambientada en la Irlanda rural de la segunda mitad del s. XIX. Los años de la Gran Hambruna ocasionarían dos millones de muertos y otros dos millones más serían obligados a emigrar a Estados Unidos o Canadá. El relato, inspirado en hechos reales se construye personalizado en la familia Hunt, pero es también la historia de Irlanda y la del ingente contingente humano que atravesó mares y océanos con la esperanza de una vida mejor.
La hermosa balada “Kilkelly, Ireland”, que se ha convertido en la canción más famosa sobre la Gran Hambruna, inspira la historia de unas olvidadas cartas que conectarán el pasado con el presente, la vieja Irlanda con el Nuevo Mundo y la familia que permaneció en la isla con la que emigró a Nueva York. Una situación que permite al autor conformar un mosaico de personajes, ambientes, sentimientos y escenarios de gran atractivo que se irán imbricando para construir una historia dura pero rica en destellos de humanidad y emoción.
El autor hace una extraordinaria y lírica semblanza de la Irlanda profunda y rural, con sus costumbres, música y tradiciones y unos paisajes marcados por el drama, pero también por un gran aliento poético. La ambientación enhebra a los personajes, con unas vivencias que subrayan el inolvidable ejemplo de una comunidad que resiste con orgullo y sacrificio momentos de una enorme crudeza. Una visión poliédrica con muchos ángulos (sociológicos, políticos, etnográficos y artísticos) que confluyen en una narración llena de matices.
La conexión entre el viejo y el nuevo mundo, llega de la mano del horror de los peligrosos viajes en barco a través del Atlántico, en los veleros denominados “barcos-ataúd”. Al llegar, una Nueva York también inhóspita permite al autor deslumbrar con una impactante descripción de los barrios bajos y sus bandas, la corrupción política y la lucha por los derechos sindicales en el marco de la gran expansión de la ciudad. Pero también asistiremos a las consecuencias de la guerra de Secesión americana o cómo la polvorienta California contempla la carrera y la fiebre del por el oro.
La muerte por inanición, la emigración forzada, el abuso del alcohol, la lucha por la justicia en el trabajo, la rebeldía y el orgullo republicano irlandés, o la sinrazón de la guerra, se entremezcla con la ira (aún en minúscula) contra la tiranía inglesa o el germen de la lucha antibritánica. Unos momentos en los que el lector llega a sentir casi la pulsión del melodrama: “…Millones de inmigrantes europeos soñaban con esa tierra dorada y plena de oportunidades, Irlanda…donde ese verde se tornaba en desesperanza tras cada lluvia, tras cada fallecimiento de un niño, de una madre o de un anciano. El hambre no les permitía pensar en otra cosa que no fuera en aplacar el dolor puro y visceral que se siente cuando no hay casi nada que llevarse a la boca”.
En “Tierra de Esperanza”, aún mostrando el autor un estilo personal se rastrea la presencia de Edward Rutherfurd, rasgos de algunas de las historias de Ken Follett, de escritores con raíces irlandesas como Timothy O’Grady, sin olvidarnos de clásicos como Dickens y Stevenson, o incluso el eco de las películas de John Ford.
Juan A. Rodríguez ha sabido construir una historia que no sólo expresa la fascinación por la vieja Irlanda, su devenir histórico, y el poder de superación de un pueblo, sino también la vigencia de sentimientos y valores universales y eternos. Pero quizás lo más importante, “Tierra de Esperanza” constituye la prueba irrefutable de la prodigiosa aventura que supone viajar a través de las páginas de la Literatura. @mundiario
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Sandra says
19 de diciembre de 2020 at 11:32 amMagnífico reportaje. Enhorabuena a la autora!
Sandra Aza says
19 de diciembre de 2020 at 11:33 amMagnífico reportaje. Enhorabuena a la autora!
admin says
30 de diciembre de 2020 at 12:57 pmDesde luego que sí!! Es un reportaje estupendo
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