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Valladolid rinde honores al príncipe Irlandés Red Hugh O´Donnell (El Norte de Castilla)

Valladolid, 13 Sept 2024 (El Norte de Castilla).-

Los descendientes del héroe del siglo XVII han propuesto al Ayuntamiento que dedique una calle en su memoria tras el cortejo fúnebre

Mario Azcona   Valladolid   Viernes, 13 de septiembre 2024, 21:40

Con las banderas clásicas -las antiguas- de España e Irlanda, el cortejo fúnebre del príncipe irlandés Red Hugh O´Donnell (Lifford, Irlanda, 1572-Simancas, 1602) ha tomado las calles de la capital en la que recibió sepultura a comienzos del siglo XVII. Una marcha, llena de sentimiento, que recordaba a los cortejos fúnebres de 1602, encabezada por un gaitero irlandés (escoltado por una banda de gaitas de Valladolid) que anunciaba el paso de la comitiva formada por dos caballos que tiraban de una carroza enlutada para portar el féretro del noble.

Abanderados militares de España e Irlanda, monjes Franciscanos, soldados con antorchas para alumbrar al héroe, miembros de los Tercios y soldados de hace cinco siglos a caballo -como parte de la recreación- han sido los encargados de acompañar al ‘héroe pelirrojo’ por la ciudad que pisó hace cuatro siglos para pedir ayuda a Felipe III en su cruzada contra los ingleses.

Un ataúd que ha partido desde el Palacio Real -donde previamente se realizó un pequeño velatorio- y que ha recorrido las céntricas calles de San Pablo, Angustias, Bajada de la Libertad, Plaza Mayor hasta llegar a Constitución. Donde ha sido homenajeado por Jesús Julio Carnero, alcalde de la ciudad, acompañado del embajador de Irlanda y la concejala de Turismo, Blanca Jiménez.

El cortejo fúnebre de Red Hugh O’Donnell, en imágenesVer 21 fotos

 

Un acto donde el Embajador de Irlanda, Frank Smyth, ha expresado el «cariño» que sienten los irlandeses por Valladolid. Casi hasta convertirla en «la capital emocional». «Irlanda agradece conservar la historia de Red Hugh O’Donnell. Es un compromiso con la memoria y los vínculos entre Valladolid e Irlanda desde hace más de 400 años. Su historia es de persecución. Valladolid le cobijó en un momento muy difícil en la historia de Irlanda, hay mucha gratitud en Irlanda hacia esa herencia compartida, especialmente con el respeto que trata la ciudad y la ciudadanía a la memoria de Red Hugh».

El embajador ha querido recalcar que «Valladolid se siente como un segundo hogar», un lugar en el que encuentra un «ambiente cargado de Irlanda». Además, ha querido agradecer a Carlos Burgos, presidente de la asociación Hispano-Irish, y al pueblo de Valladolid que mantenga vivo al Príncipe en su memoria. Así como ha agradecido a los representantes políticos de Valladolid que «durante muchos años han promovido estas actividades culturales».

Un acto que ha congregado a multitud de personas que han escoltado un año más la comitiva mientras los cascos de los caballos que resonaban sobre el adoquinado de piedra rompían el silencio. El fuego que portaban los soldados bailoteaba sobre las antorchas que rodeaban e iluminaban al coche fúnebre. La multitud, expectante, en silencio.

Tráfico

El cortejo fúnebre del príncipe irlandés Red Hugh O’Donnell recorrerá este viernes Valladolid

  1. N.

Esperando al héroe que ha hermanado a la ciudad castellana con la patria irlandesa. Un guerrero venerado por su lucha contra los invasores ingleses. Una batalla que lo trajo a Valladolid, capital imperial en aquel momento, para pedir socorro ante el enemigo común. Aquí murió y nació una leyenda, cuyo cortejo fúnebre se reproduce 422 años después.

«Bajo este suelo del convento de San Francisco, corazón de la vida y la espiritualidad de los vallisoletanos y casa madre de San Pedro Regalado, se encuentran los restos de la capilla de Las Maravillas, donde recibieron sepultura Cristóbal (1451-1506) y el héroe irlandés Red Hugh O’Donnell (1572-1602)», reza la enorme placa en la fachada del número 10 de la calle Constitución, el punto exacto donde fue localizada hace cuatro años dicha capilla funeraria, en la que recibieron sepultura el navegante y el noble irlandés y junto a la que Jesús Julio Carnero le ha rendido homenaje.

 

Primer encuentro internacional

«Treinta años después vuelvo al Paraninfo de la Universidad de Valladolid». Así ha dado comienzo Carlos Burgos, presidente de la asociación Hispano-Irish el primer encuentro de asociaciones hispano-irlandesas, celebrado al mediodía, con el que se promueve la historia irlandesa que se extiende por todo el mundo. Un encuentro celebrado en honor a Red Hugh O´Donell.

 

Asistentes al encuentro celebrado en el Paraninfo. Iván Tomé

Durante la clausura del acto, presidido por el rector de la Universidad, Antonio Largo, que ha querido expresar la importancia de esta iniciativa que «fomenta vínculos entre dos países que son hermanos». También ha recalcado la importancia de estos encuentros, «de pluralidad de voces» en un mundo «globalizado» pero «cada vez más fragmentado». En palabras de Largo, esto se trata de un legado compartido, «una creación de puentes contra las barreras a través del arte, pero sobre todo con valores compartidos».

También ha estado presente el Embajador de Irlanda, Frank Smyth, la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal que ha expresado que es «un honor» para Valladolid conmemorar este funeral irlandés, a la vez que ha agradecido al embajador su presencia en un acto que convierte a Valladolid en un «nodo de intercambio«.

Unas relaciones que se «fortalecen» cuando se empiezan a hacer las excavaciones del convento de San Francisco «en busca del cadáver del héroe irlandés, que aunque no se encontró, fortaleció las relaciones, que se revalorizan y fortalecen más aún hoy en este primer encuentro donde se produce un intercambio de memorias y logros», el Capitán de navío de la Armada Española, Enrique Guardia y el descendiente de O´Donnell, Duque de Tetuán y miembro de la Real Academia de Historia Española, Hugo O´Donnell quien ha realizado un recorrido por la vida de «Hugo Rojo», además de realizar la petición a la Teniente de Alcalde, de «como español e irlandés que era» el reconocimiento de que su nombre apareciera en el callejero de la localidad.

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