info@hispano-irish.es

News

Ciudad española honra al Líder Irlandés Red Hugh O´Donnell con una recreación del funeral hecha para un Rey (The Irish Times)

Valladolid, 13 Sept 2024  (The Irish Times) Traducción por Hi!.-  Miles de personas salieron a las calles de la ciudad el viernes para presenciar la recreacción de funeral de un líder irlandés

No hay pruebas de que Red Hugh O’Donnell haya pisado jamás (¿) la ciudad española de Valladolid, pero sus habitantes lo han considerado uno de los suyos.

Miles de personas salieron a las calles de la ciudad el viernes para presenciar la recreacción de funeral de un líder irlandés, que murió con tan solo 29 años en el castillo de Simancas en septiembre de 1602 mientras esperaba una audiencia con el rey Felipe III, que entonces tenía su base en Valladolid.

En 2020, cuando el mundo se paralizó debido al Covid-19, la ciudad de Valladolid emprendió una excavación arqueológica en busca de los restos de Red Hugh. No encontraron un cuerpo, pero sí una afinidad con un hombre que huyó de Irlanda tras la catastrófica derrota en la batalla de Kinsale en 1602, una derrota que marcó el fin de la Irlanda gaélica.

En aquella época Valladolid era la capital de España, un hecho que muchos españoles han olvidado, comentó el presidente de la Asociación Hispano-Irish, Carlos Burgos, que promovió la recreacción del funeral.

 

El funeral original de Red Hugh fue también un funeral por cualquier esperanza de una mayor intervención de la corona española para liberar a Irlanda de los ingleses.

Red Hugh tuvo un éxito inicial al persuadir al rey Felipe III para que enviara otra flota y ejército expedicionarios desde España, pero el inexperto rey fue desautorizado por sus consejeros. Aun así, Red Hugh no perdió la esperanza. Esperó en el castillo de Simancas, en las afueras de Valladolid, a otra reunión con Felipe, pero murió trágicamente y demasiado joven. Los informes difieren en cuanto a la causa de la muerte. Puede haber sido una infección de tiña o envenenamiento a manos de un traidor llamado William Blake.

El funeral simulado comenzó al anochecer, con la colocación de una bandera de “Érin go Bragh” (Irlanda para siempre) y la antigua bandera española, la cruz roja dentada de Borgoña, en el ataúd de Red Hugh.

Fue seguido por una lectura del último testamento de Red Hugh en español e inglés. Comienza: “En el nombre de Dios, amén. “Que quienes vean este testamento sepan que yo, Lord O’Donnell de Irlanda, estando en cama, enfermo de cuerpo por esa enfermedad, hago mi testamento de la siguiente manera”.

La multitud ya se había reunido en la entrada del Palacio Real de Valladolid mientras esperaba pacientemente a que saliera el ataúd. El desfile incluía mujeres con vestidos de época y perros que simbolizaban al perro lobo irlandés. El coche fúnebre estaba rodeado por portadores del féretro que llevaban antorchas encendidas.

El cortejo fúnebre siguió la ruta exacta desde el Palacio Real hasta el lugar donde una vez estuvo el antiguo monasterio franciscano. Dentro de él estaba la Capilla de las Maravillas, donde fue enterrado Red Hugh, como lo estuvo, antes que él, Cristóbal Colón durante un tiempo. El lugar está marcado por una placa en irlandés, inglés y español.

Grandes multitudes también se reunieron en el lugar donde hubo discursos del alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y el embajador irlandés en España, Frank Smyth.

El Sr. Smyth dijo que Red Hugh había sido un refugiado que huía de los disturbios en su país y que pudo aprovechar la generosidad del pueblo español en ese momento. El gaitero Jim O’Neill, que encabezó el desfile, tocó el himno nacional irlandés, una banda española el himno nacional español y el acto finalizó con la interpretación del himno O’Donnell Abú (O´Donnell adelante).

El sábado por la mañana, el mismo gaitero saludó a los visitantes irlandeses en el castillo de Simancas con otra interpretación de la misma melodía. El castillo de Simancas es un importante archivo del estado español. El último testamento de Red Hugh se exhibió junto con una carta de 1599 de Red Hugh y Hugh O’Neill solicitando el apoyo del rey español durante la Guerra de los Nueve Años.

En una sala adyacente emergió una imagen mucho más ambivalente de las relaciones hispano-irlandesas. El autor Pedro Luis Chinchilla relató el terrible destino de los prisioneros de la armada española después de que sus barcos naufragaran en medio de vendavales en las costas norte y oeste de Irlanda en 1588.

De los 1.650 prisioneros españoles que desembarcaron en las costas irlandesas, unos 1.100 fueron ejecutados por orden del Lord Deputy William FitzWilliam y del Lord President Richard Bingham. Peor aún, muchos jefes irlandeses cooperaron con los ingleses, aunque otros ayudaron a los españoles. El Sr. Chinchilla dijo que el abuelo de Red Hugh, Hugh O’Donnell, causó, o al menos permitió, que 300 hombres de la armada española murieran en el condado de Donegal.

El Sr. Chinchilla será uno de los oradores de una conferencia de cuatro días que se celebrará el próximo fin de semana en los condados de Sligo y Donegal titulada Remembering the Armada.

Post a comment